En
casi todos los ambientes llaneros de relieve más bajo, donde se acumula el agua
temporal o permanentemente, podemos apreciar la aparición del palmar como una
comunidad biológica o elemento paisajístico de singular importancia. Sin duda
que el régimen climático de Los Llanos, con un período seco y otro lluvioso
alternándose cada seis meses, hace que no sea fácil vivir donde ocurren esos
grandes cambios.
Los
palmares, conformados por la Palma Llanera o la Palma de Moriche ocupan
precisamente las áreas más bajas e inundables de los llanos. La Palma Llanera
vive en áreas que están bajo el agua durante seis meses y durante otros seis
meses están secas. Nunca viven en lugares que están permanentemente secos o
permanentemente aguachinados. Los Moriches, en cambio, necesitan que el agua
esté bañando permanentemente a sus pies.
Estas
palmas son útiles al hombre del llano: la palma llanera aporta estantillos para
las cercas, hojas secas para los techos de viviendas, frutos para el forraje de
los animales; el Moriche, por su parte, se destaca por sus frutos abundantes y
carnosos y por sus hojas, cuya fibra es muy utilizada en cestería y otros
trabajos como la confección de chinchorros. Hay toda una cultura indígena
autóctona de cestería con la fibra de moriche dondequiera que esta palmera
crece.
En
el morichal siempre hay agua, debido a que su origen es freático y aunque no
llueva en el sitio el nivel se mantiene igual. El palmar no siempre tiene agua,
debido a que ella proviene de las lluvias o de los desbordes de los ríos. En la
época seca la sabana permanece sin agua. Esto hace que flora y la fauna de ambos
ambientes llaneros sean muy diferentes. La fauna del morichal vive en él
durante todo el año. La del palmar emigra o se refugia en lugares seguros
durante la sequía o la inundación, según sean sus hábitos y preferencias.
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